lunes, 31 de marzo de 2008

escena marina II

El mar está estupendo hoy.
Y el cielo mejor incluso, con esas nubes pequeñas que invitan a jugar a observarlas inventando figuras tumbado boca arriba en la playa.

Aun se nota el temporal de la semana pasada en el bocado de arena que se llevó el mar y que ha dejado un escalón en la playa en el que muchos juegan a saltar como si fuesen a salir volando. Otros incluso lo consiguen, vuelan hacia el mar o hacia la costa según el viento.

Yo prefiero verlo desde este lado de la barandilla, a tu lado. No te lo he dicho, nunca hemos hablado, sólo llevamos tres horas juntos, pero ya estoy enamorado de por vida de ti. Te pareces tanto a mi. En cuanto hemos llegado al paseo marítimo has querido echar a volar sobre el mar. Lo sé porque nos hemos levantado al mismo tiempo de nuestro sitio para poder ver el oleaje sin el estorbo de los barrotes.

Me inquieta que en algún momento decidas abandonarme sin decir adiós y cuando me quiera dar cuenta ya haya cambiado el viento y no pueda alcanzarte. Por eso cuento las horas hasta que pase el próximo camión de la basura.

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