martes, 25 de marzo de 2008

2008 d.C. II

Dos amigos suben animados en mitad de una noche de farra la calle Alfonso XIII de Córdoba (España). Acaban de tomarse un wisky con cocacola y un ron con limón en el Soul (después de varios tubitos en la Espiga) y han decidido prolongar la noche en el Underground.

Suben hablando del agua, de que cada vez hay menos. Ambos lo lamentan y recuerdan con nostalgia unas tierras fértiles y verdes que casi no alcanzaron a conocer a causa de su edad... Unos ríos que imponían al imaginar cruzarlos a nado (un puente romano que sorprendía verlo en pie, auténtico romano con un poco de reforma medieval).

A medio camino, observan a un encargado de la limpieza de la ciudad que sostiene una manguera que riega la calle. Mientras se acercan a él le ven mover con decisión la manguera limpiando con un potente chorro de agua. La basura se mueve al son del agua, de aquí a allá. Se ha movido de sitio y se ha mojado, nada más.

Al llegar a su altura, el amigo que había bebido wisky le pregunta al trabajador:

- Disculpe, ese agua ¿es potable?

El profesional, un hombre que sabe mover la manguera por el centro de Córdoba como nadie responde amable:

- Sí, ¿quieres beber un poco?

- No, gracias. Sólo echo de menos cuando salía por los grifos.- le responde una voz triste.

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