domingo, 24 de febrero de 2008

miércoles, 20 de febrero de 2008

huellas en el aire II

El día que los zapatos se pusieron en huelga se vieron cosas que nunca, nadie, antes, había imaginado en la historia de la humanidad.

Las protestas comenzaron cuando pasaron de ser un artículo de lujo a uno de primera necesidad. Los zapatos se vieron agraviados, sabían que nadie los desearía con el mismo entusiasmo (como mucho algún niño aun inocente, de esos que se ilusionan con sus propios sueños). Comenzaron sacándose los pies de dentro, cosa que para aquellos a los que la situación pilló en la calle se convirtió en algo dantesco. Los bomberos descalzos, los electricistas descalzos, el panadero, el carnicero, el alpinista, el piloto, el cirujano; descalzos todos.

El sindicato de zapatos negoció una jubilación digna y unos cuidados mínimos garantizados durante su vida laboral. El paro duró poco tiempo, pero hubo un sector radical que no aceptó el acuerdo de los sindicatos, considerando que habían transigido en dejar de ser un artículo de lujo, que era lo esencial. Fueron los mismos que durante la huelga formaron pilas de zapatos a las puertas de las fábricas de las principales marcas, e incluso sabotearon la producción de algún negocio familiar cambiando las suelas por filetes de ternera.


Sin embargo, el momento en el que quedó más evidente la radicalidad de este grupo de exaltados fue cuando dos de ellos se subieron a una torre de alta tensión y se electrocutaron enganchándose al cableado que alimentaba una fábrica de chanclas, y otro se inmoló a las puertas de un centro comercial.

jueves, 14 de febrero de 2008

domingo, 10 de febrero de 2008

la historia en las paredes II

- ¿Has odio la radio? Al final los rusos lo han conseguido....

- Se nos han adelantado esta vez, pero esto es solo el principio...nosotros lograremos el liderazgo espacial...


Octubre de 1957, años después del fin de la Segunda Guerra Mundial dos potencias compiten por la hegemonía del mundo: EEUU y la Unión Sovietica.
Aquella mañana los norteamericanos se despertaron con una desagradable noticia, por primera vez en la historia de nuestra civilización se había logrado enviar un artefacto al espacio exterior...Lástima que no habían sido ellos....
El Sputnik I cruzaba el universo y los ciudadanos estadounidenses eran víctima de una paranoia misilística.....

Mientras tanto el británico Peter Cushing, que años más tarde intentaría dar vida a un cuerpo inerte en Frankestein, interpretaba al Capitan Clegg. La televisión y la radio relataban las aventuras de Hopalong Cassidy y su caballo Topper. Y los norteamericanos brindaban, a pesar de todo, diciendo aquello de "donde hay vida, hay bud"...

Apenas un mes después de aquella llamada de teléfono Rusia repetiría la proeza, lanzaba al espacio un segundo satélite artificial: el Sputnik II, pero esta vez la sorpresa fue aún mayor, por primera vez en la historia viajaba a bordo un ser vivo, una perra llamada Laika.

Era el año 1957....

domingo, 3 de febrero de 2008

la historia en las paredes I

último peldaño II

Cuando las nubes bajan las escaleras el mundo se pone cabeza abajo. Tú no te has dado cuenta porque te suele pillar durmiendo, y la única vez que recuerdo que tenías los ojos abiertos no supiste darle una explicación antes de que todo volviese a la normalidad. Yo, que ya sabes que tengo problemas de sueño, me he dado cuenta una docena de veces.

La última vez, vi a las nubes en el último escalón antes de tocar el suelo e intenté agarrarme a la silla para no acabar al revés. Pero nada, no hay manera, si las nubes están juguetonas no hay nada que hacer. Lo que más incómodo me resulta, más que nada por falta de costumbre, es a la hora de servirme el café, no me entero de si hay que poner la cafetera del derecho o del revés para que caiga en la taza y siempre termino poniéndolo todo perdido y sin tomarme el café.

La primera vez tuve miedo durante cinco minutos. Pensé que nos volveríamos todos locos si se nos subía la sangre a la cabeza, pero luego reflexioné medio minuto y no vi diferencia con el grado de locura cuando todo está como tiene que estar. Qué las armas disparen por la culata es trágico para el tirador, pero ¿no es más trágico que disparen por el cañón?. Qué los dientes limpien el cepillo, o que el hambriento esté satisfecho y el opulento en un ansia extrema, ¿es mejor o peor?. Quién dijo que las nubes tenían que estar en el cielo no debió preguntarles, porque está claro que ellas no están conformes.

Me he terminado cortando el pelo en previsión de que esto vaya en aumento, para no andar limpiando el suelo como una fregona.